Como un coloso nen
Cuando pasé de la primaria a la escuela secundaria, empezaron a llamarme "vietnamita".
Tal vez por mis rasgos orientales (derivados de mi sangre indígena, o de otra vida...).
O por mi constitución física.
O por la mochila camuflada que usaba en esa época.
La cuestión es que el llevar gafas, sacar buenas notas y ser un pequeñín de físico era una mala combinación.
Empezaron a meterse conmigo, pero no contaban con un detalle.
Un año atrás había empezado a hacer artes marciales.
No sé si era muy bueno, pero yo me sentía como Jean Claude Vandamme.
Cierto día estaba hasta los cojones de que me llamaran "vietnamita".
Caminando a la salida del cole, el tío más alto de la clase insistía:
"Vietnamita".
"Vietnamita".
"Hey vietnamita".
Antes de que pudiera decirlo por cuarta vez, giré la cabeza para medir la distancia que estaba detrás mío y le pegué un patadón en el pecho que logró empujarlo unos metros atrás.
Me sentí un coloso, y fue la última vez que me llamó "vietnamita", me gané su respeto.
Ahora, el que llevó mucho más lejos esto de sentirse un coloso en las artes marciales es Conor McGregor.
Si no lo conoces, es actualmente el atleta mejor pagado del mundo, sí, gana más que Ronaldo.
El tío se dedica a las Artes Marciales Mixtas, o MMA en inglés.
Y sí, es un máquina peleando, pero lo más destacable es esto.
En una entrevista que le hicieron hace unos años, cuando su figura estaba empezando a resaltar, un periodista le dijo: "¿cómo te sientes ahora que todo el mundo quiere hacerte una entrevista y sales en todos los medios?".
El colega responde: "en realidad, todo esto ya lo vi, cuando era un don nadie, vi la fama, la gloria, el dinero, vi todo eso en mi mente. Es muy loco, pero siento que lo estoy viviendo por segunda vez, la primera en mi mente, y ahora de verdad".
Apunta eso: "todo esto ya lo viví en la mente".
Lo que me lleva a pensar cuántas veces la gente tiene un proyecto como...
-Invitar a ese chico/chica a salir.
-Crear un proyecto profesional.
-Ganarse la vida con algo completamente distinto.
Y en vez de verse como unos colosos, hacen justo lo contrario.
Se ven derrotados, en la banca rota, o con el corazón roto.
¿Te ha pasado?
Pues justamente eso es lo que ayudo a resolver con las sesiones de hipnosis clínica.
Si te interesa saber si podemos trabajar juntos: